La mole indestructible.
Todos daban por cerrado el destino del hotel aferrado como un empaste blanco a la dentadura montañosa del cabo de Gata: 65.000 metros cúbicos de hormigón para rellenar los cerros vaciados por excavadoras. El derrotero judicial hacía presumir que el Algarrobico (el nombre del hotel) saltaría por los aires el día que el último recurso se resolviese, pero un inesperado fallo a favor de la constructora Azata parece que puede guiar el hotel a la salvación. Incluso para los más críticos con esta sentencia, los tribunales han tenido la virtud de recordar que, a pesar de que hacía años que las Administraciones solo hablaban del Algarrobico para fijar la estrategia de derribo, jueces y políticos han ido sucediéndose y la mole resiste en la playa con los ojos entornados frente al sol. Decenas de sentencias, cuatro ministros de Medio Ambiente, tres presidentes de la Junta de Andalucía, dos alcaldes de Carboner.
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